Uno de los factores comunes de estrés laboral se refiere a tener que llevar una carga de trabajo superior a las fuerzas con las que se cuenta para hacerlo.
Todas las personas que trabajan, en algún momento han experimentado esa sensación poco agradable de tener mucho trabajo que realizar y poco tiempo para hacerlo. ¿Qué se puede hacer en este caso? Una reacción común es quedarse a trabajar fuera de horario para poder cumplir con lo exigido en largas jornadas de trabajo que se convierten en interminables. Sin embargo, los riesgos de esa sobrecarga son muchos y terminan agotando los recursos físicos y emocionales de las personas, al punto de que terminan realizando un trabajo de mala calidad y descuidando otras áreas de la vida igualmente importantes como el descanso o la atención a la familia, todo lo cual puede conducir a un deterioro progresivo y un estrés negativo. Finalmente, se produce el ciclo de desgaste normal con la sobrecarga que alienta las peores pesadillas de quienes la padecen: se sobrecargan para poder cumplir las altas expectativas o el trabajo acumulado; por ende, descuidan otras áreas de su vida, este descuido provoca tensión, y eso incide naturalmente en la calidad de su trabajo, y así sucesivamente, en un ciclo macabro que termina minando las fuerzas físicas y emocionales de cualquier persona.
Una alternativa para que esto no suceda es trabajar de manera más inteligente, enfocando la atención en los aspectos más importantes del trabajo y aprendiendo a ocupar el tiempo de manea más eficiente para lograr reducir la cantidad de horas dedicadas a una tarea. Por lo tanto, ocupar tiempo en analizar el trabajo y optimizar la forma de realizarlo es una buena acción preventiva para evitar que las personas se agoten emocionalmente y vivan los efectos de un estrés negativo.
Para no estresarse de manera inadecuada, el trabajador tiene que estar conciente de qué se espera de su trabajo. Es importante que la persona sepa de antemano cuáles son las expectativas acerca de su labor. Para eso sirven los manuales de funciones, pero en caso de que no existan, es importante preguntar qué se espera realmente de su trabajo. Eso le permitirá optimizar sus fuerzas y concentrarse en lo que realmente será evaluado. Así no perderá tiempo en otras actividades que puedan alejarlo de lo que será medido posteriormente. Muchos trabajadores se estresan porque de pronto dejan a un lado labores que encuentran rutinarias, pero que son finalmente por las cuales serán evaluados.
El desorden y no concentrarse en las tareas fundamentales es una buena receta para estresarse, al grado de que la persona corre el riesgo de enfermarse gravemente, tanto de su cuerpo como de su mente.
Para evitar situaciones indeseables en el trabajo, una buena manera es hacer un análisis exhaustivo del trabajo que se le está pidiendo. Hay que detectar los objetivos y las prioridades. Luego, es preciso concentrarse en lo que se solicita. No ocupar tiempo en cuestiones extra que lo alejen de lo que es necesario para cumplir adecuadamente con su tarea
Debe averiguar sobre los aspectos que se espera que cumpla en su trabajo. Para eso es necesario conversar con supervisores y jefes, de tal forma de conocer exactamente qué aspectos del trabajo serán recompensados y cuáles castigados. Cuando se hace una buena pesquisa en este sentido, entonces, es fácil ordenar el trabajo para cumplir y así evitar situaciones de tensión innecesaria.
Por otro lado, es muy difícil que en un trabajo se espere que el trabajador sea pasivo y no progrese. Prácticamente no existe trabajo en el que no haya que estarse preparando continuamente, eso implica estar constantemente preguntando y averiguando sobre nuevas estrategias de mejoramiento de la labor. Tomar cursos de perfeccionamiento y adquirir habilidades específicas que mejoren el rendimiento redunda en un mejor desempeño, y por ende, en mayor productividad y eso por sí mismo es una ayuda para bajar los índices de estrés por competencia y capacidad personal de desempeño.
Un buen trabajador se concentra en lograr los objetivos de la empresa o institución para la cual trabaja. La mayoría de las organizaciones tienen declaraciones de misión. Si alguien quiere rendir adecuadamente en su medio laboral, actuará con el propósito de cumplir las expectativas que se tienen de él en orden a lograr el cumplimiento de los objetivos organizacionales. Eso ayudará al trabajador a vivir su trabajo de una manera más enfocada, y por ende, lo librará de sobresaltos producto de no estar a tono con lo que se espera.
Muchos casos de estrés laboral se entienden en el contexto de trabajadores que no están sintonizados con los objetivos de su organización.
En ese caso, hay dos opciones posibles, o se reorganiza el trabajador de tal modo de ponerse a tono, o se cambia de trabajo a una empresa que esté más acorde con sus expectativas y habilidades personales. Lo primero va a exigir una cuota de motivación y esfuerzo personal. Lo segundo, implicará un gran cambio, estresante en un momento pero tranquilizador en otro, cuando encuentre el lugar más adecuado para sus condiciones personales.
También es bueno aprender de personas que tienen éxito en labores similares a la que realiza y que trabajan para la competencia o para empresas similares. Cuando se aprende de otros que actúan eficientemente se está en vías de lograr un mejor desempeño, que a la larga ayudará a la persona a ocupar mejor sus recursos. En muchos se produce un estrés negativo, porque se concentran en sí mismos sin intentar averiguar efectivamente por qué a otros les va mejor.
Muchas empresas utilizan el recurso de hacer evaluaciones y autoevaluaciones a su personal. Algunas personas tienden a resistirse a esta acción. Sin embargo, bien visto puede ser una gran oportunidad de desarrollo, porque en muchos aspectos puede ayudar a que mejoren las competencias de las personas y por ende, el obrero esté más capacitado para enfrentar su
trabajo y no verse desbordado. Una evaluación puede verse como una oportunidad de crecimiento. Le puede mostrar sus puntos débiles y fuertes. Eso le permitirá buscar las herramientas para superar aquellos aspectos que necesitan mejoría. Cuando dicho trabajo se hace a conciencia, entonces, las personas están mejor capacitadas para trabajar. Muchos de los que caen en pozos de ansiedad y tensión debido al estrés, son precisamente los más reacios a ser evaluados o autoevaluados. Esto se convierte en un círculo vicioso que impide que puedan desarrollarse de manera adecuada.
Por otro lado, los trabajadores (por una cuestión de cultura política) suelen desconfiar de sus superiores, lo cual no es buena estrategia de desarrollo personal. Al contrario, en un contexto de buena sinergia, deben aprender a dialogar y comunicarse con sus superiores de tal modo de estar constantemente atentos a las prioridades asignadas por los líderes de su organización y de entender las capacidades que necesitan desarrollar. En general, en las empresas sanas, se suele ver con buenos ojos a los obreros y trabajadores que se empeñan en estar mejor preparados.
Muchas personas dan por sentado que los empleadores tienen la obligación de darles beneficios y otras garantías laborales, pero no entienden que todo aquello está en el contexto de dos partes que cumplen lo pactado. Un buen trabajador es una inversión que pocas empresas están dispuestas a perder. Mientras mejor preparado está, más necesario se hace para una
empresa. De allí la importancia de hacer el mejor esfuerzo. La consecuencia natural es mayor satisfacción laboral y menor estrés por inseguridad.
Muchos buenos trabajadores fracasan cuando se concentran en tareas de menor importancia y dejan a un lado las prioridades de su empresa, Cuando se hace lo que se espera, entonces todo funciona bien. Tarde o temprano hay que caer en la cuenta que seremos evaluados por las expectativas puestas en nuestro trabajo y no por otra cosa.
Cuando se hacen las cosas bien, entonces se reduce la sobrecarga que significa verse sobrepasado por las responsabilidades laborales y por ende se reducen las cargas estresantes y el nivel emocional funciona de manera adecuada.
La clave: Organización, prevención y preparación adecuada. Estar enfocado ayuda que los niveles de tensión bajen y las personas rinden mejor. No es un secreto. Es lo que vienen haciendo día a día las personas que tienen éxito en sus lugares de trabajo.
Fuente: http://victorhelard.obolog.com