Tener espacio para el ocio contribuye a la salud y el bienestar. El exceso de actividades o la falta de actividades atractivas impiden disfrutar a pleno del tiempo libre. Los ejemplos abundan. ¿Quién no conoce a alguien que trabaja toda la semana fuera de su casa, lleva y trae a los chicos del colegio, vigila las tareas escolares, prepara la comida, se ocupa de sus padres ancianos, y hace trámites en el banco? Es probable que esa persona llegue al sábado agotada y con anhelo de tener tiempo libre para reponerse. Sin embargo, el sábado aparece la necesidad de ir al supermercado, al shopping, de lavar el auto y cambiar el cuerito de la canilla. Luego, sale a comer hamburguesas con los chicos a un lugar atestado de gente y termina el fin de semana con zumbidos en los oídos.
Otros -en general quienes se sienten solos- desean que los días libres no lleguen nunca: el tiempo de ocio, especialmente el domingo y los feriados, les inducen tristeza odepresión.
Tener espacio para el ocio contribuye en gran medida a la salud y el bienestar. Si no hacemos pausas para dejar atrás el estrés o si no buscamos incorporar la alegría a nuestra vida, finalmente empezamos a sentirnos fatigados, deprimidos y viejos. Una vida sin espacio suficiente para la recreación puede conducir a desarrollar úlceras, migrañas, enfermedades cardiovasculares y alta presión arterial, entre otros problemas.
¿Qué puedes hacer si sientes que las responsabilidades que asumes no te permiten disfrutar de tu tiempo libre?
“Recargar las pilas” es lo primero que necesitamos para sentirnos mejor. Dormir una cantidad adecuada de horas nos da la posibilidad de estar más dispuestos durante el día para realizar cualquier actividad, incluso divertirse.
Luego, tómalo como un juego. Muchas personas consideran su tiempo libre sólo como una obligación más, como si fuera un trabajo que hasta se puede agendar. Su tiempo de ocio está cubierto de tareas pendientes, de exigencias. No planifiques, estate abierta a lo que suceda, déjate sorprender.
Renovarse también es cargarse de energía. Sin el permiso para la renovación, uno puede desgastarse. Prueba hacer las cosas por el simple placer de hacerlas, sin que tengan que ser perfectas. Por supuesto, no todas las actividades recreacionales son igualmente atractivas. La clave para un estilo de vida rejuvenecedor es participar en una variedad de actividades estimulantes para la mente y el cuerpo.
Sugerencias para pasarla bien mientras descansas
· Lleva un registro diario. Durante una semana escribe lo que haces cada 30 minutos, incluyendo actividades como ducharte, leer el diario y trabajar. Al final de la semana mira el registro y observa cuánto tiempo pasas trabajando y cuánto tiempo libre te queda. ¿Existe un equilibrio entre ambos? Clasifica tu grado de satisfacción con cada una de las actividades recreativas: asigna números del 1 al 4 de acuerdo a si algo te resulta nada, poco, bastante o muy placentero. Tal vez te des cuenta de que tienes más tiempo libre del que pensabas.
· Encuentra una motivación. Busca razones para dar lugar al tiempo libre en tu vida: puede ser tan simple como decirte a ti misma que quieres vivir más o tener una mejor relación con tu pareja e hijos. Sea lo que sea, tiene que ser importante para ti.
· Produce tu propia diversión. Lo que significa ocio para algunos, es trabajo para otros. Haz una lista de lo que te gusta hacer y otra de lo que detestas. Luego elije posibilidades de recreación basada en esa lista.
· Busca información. La decisión de qué hacer en el tiempo libre a veces requiere una planificación. Lee los diarios, escucha radio, pide folletos, llama por teléfono a diferentes lugares de recreación gratuitos. Averigua sobre excursiones o viajes, explora las bibliotecas y los clubes para encontrar nuevas actividades y oportunidades.
· Pon límites. Es importante establecer límites claros entre tu vida familiar y privada y tu vida laboral. Proponte no hablar de los problemas de tu trabajo por la noche. Tu familia agradecerá que tu tiempo libre te resulte tan importante como el laboral.
· Tómate unos minutos cada día. Es bueno crear un espacio al fin del día, aunque sea pequeño, para estar sola, pensar y relajarte. Después de salir del trabajo y antes de llegar a casa puedes caminar, leer el diario o cualquier otra actividad que te sirva para desconectarte de las cuestiones laborales. A algunas personas el simple hecho de cambiarse de ropa las relaja y predispone a disfrutar el resto del día.
· Sé imperfecta. Algunas personas evitan hacer determinadas cosas que les gustaría en su tiempo libre porque temen hacerlas mal. Es importante reconocer que no se puede ni es necesario hacer todo bien. Tú puedes escribir un cuento aunque no lo publiques ni se lo muestres a nadie, puedes dibujar o pintar aunque “no sepas hacerlo”, puedes practicar tenis aunque no ganes, puedes jugar al ajedrez aunque no hayas estudiado movidas estratégicas. Lo importante no es hacerlo perfecto, sino disfrutarlo.
Fuente: www.cormillot.com