En las interrelaciones humanas la simpatía desempeña un rol determinante, dado a que ella ayuda a ser aceptados, a mantenernos interrelacionados siempre que la sepamos manejar. ¡Entérate en este artículo cuánto influye la simpatía en tu trabajo!
Muchos ya tienen ganados el don de la simpatía, un buen trato, respeto, comportamiento, felicidad, positivismo, alegría, compartir. Otros, por el contrario, se interesan en cultivar la simpatía a fin de agradar a los demás, sentirse aceptado y sobre todo evitarse conflictos en sus interrelaciones.
Para la PNL (Programación Nuerolingüística), la simpatía es un proceso de creación y mantenimiento de una situación armoniosa.
Para ser “simpático” no es necesario ser el más chistoso y ni el más ocurrente, sino simplemente saber crear en nuestro entorno un ambiente de cordialidad y de confianza en el cual las relaciones humanas y profesionales se desarrollen de la mejor manera posible.
Algunos autores han llegado a afirmar que en el ámbito laboral, la mayoría de las decisiones se basan más en la simpatía que en los meros datos técnicos.
Qué duda cabe que saber transmitir, saber venderse en una entrevista de trabajo es fundamental para ser contratado por una empresa, más allá de los fríos datos académicos o de un apabullante currículo profesional.
Una empresa no contrata a nadie para un cargo de una relativa responsabilidad simplemente con sus datos personales sobre la mesa, sin haber tenido la oportunidad de haberlo entrevistado personalmente.
Sin simpatía el estilo de dirección se vuelve inflexible, quebradizo, impersonal.
Cuando el ambiente de trabajo se vuelve menos simpático y más impersonal, los empleados se implican menos en la empresa. Por decirlo de alguna manera, el empleado hace únicamente lo imprescindible. El puesto de trabajo es únicamente para ganar el dinero suficiente para hacer lo que realmente quiere hacer.
Mediante la simpatía se comprenden los intereses y necesidades de los demás, se comprenden y respetan sus valores, se crea dentro de la empresa un clima de comunicación y de compromiso.
Hay cosas exteriores que influyen positivamente en la simpatía. Cada uno se siente inclinado a comprender mejor a aquellas personas que han compartido con él determinadas vivencias: haber ido al mismo colegio, haber vivido en el mismo barrio, frecuentado el mismo lugar de veraneo, etc.
Hay también cosas interiores que se reflejan en el comportamiento que favorecen la simpatía.
Trucos para caer simpáticos
• Presentar un semblante alegre o, al menos, amable. La sonrisa es mejor carta de presentación.
• Manifestarse cordial en todo momento. La educación es la llave que abre todas las puertas.
• Interesarse por el trabajo de los demás. Si es un compañero para ayudarle.
• Compartir sus opiniones.
• Tener simpatías comunes. Conocidos, amigos, practicar el mismo deporte, gustar la misma música, el mismo hobbie, etc.
• Estar siempre dispuesto a prestar algún servicio. Hacer favores sin esperar nada a cambio.
• Saber escuchar. El hombre necesita solo 2 años para aprender a hablar y más de 60 para aprender a escuchar.
• Saber preguntar no con curiosidad sino con interés.
• Recordar lo que es importante para la otra persona: su fecha de cumpleaños, aniversario de boda, nombre de sus hijos, etc.
Cada detalle tenido en cuenta es una puerta abierta a la simpatía. Si uno es constante en ellos conseguirá no solo caer bien a los demás sino hacer grandes amigos.
Las personas extrovertidas y primarias –que responden rápidamente a los estímulos- son mucho más abiertas y, por tanto, más fáciles a la cordialidad, a la comunicación de sus sentimientos, a dejarse aprehender y comprender. Tienen también a su favor el sentirse interesadas por todo lo nuevo y lo desconocido, lo que les lleva a querer saber cosas de la gente haciendo posible así que los demás se manifiesten a ellos, algo que no consiguen otras personas tan fácilmente.
En cambio, quienes son introvertidos son más difíciles para la simpatía, porque no expresan sus pensamientos –mucho menos sus sentimientos- y, al mismo tiempo, son tímidos para entablar comunicación con los demás.
Por Ing. Carlos Mora Vanegas
Fuente: www.gestiopolis.com